La ganadería intensiva convierte los campos en vertederos, porque generan un ingente volumen de residuos💩 .
Si bien estos residuos pueden ser un excelente abono, en cantidades masivas se convierten en veneno.
Por lo que el problema es de la gestión, no del abono.
El pastoreo rotacional es una metodología de gestionar el pasto que imita el movimiento de los grandes rebaños silvestres.
Consiste en dividir los pastos en áreas más pequeñas.
De esta forma los animales sólo pastan una porción de la finca, mientras que el resto «descansa».

Los tiempos cortos de pastoreo seguidos de periodos largos de recuperación:
-Por un lado, evitan el SOBREPASTOREO de las plantas.
-Y, por otro lado, distribuyen de forma homogénea los excrementos. Convirtiéndose en abono natural.
Así es como el pastoreo rotacional mejora la fertilidad del suelo.
Ya que al aumentar la biomasa del mismo conseguimos más infiltración de CO2 y más retención de humedad.
A parte de favorecer la fertilidad del suelo,
el movimiento continuo de los animales les permite complementar su alimentación con hierba fresca, florecillas, bichitos…
Además de darle acceso a aire fresco, luz solar, cama limpia y muuucho ejercicio.
Factores que son tan importantes para su salud como la alimentación.
Como explicábamos arriba:
en un suelo sano
crecen plantas sanas
que alimentan a animales sanos
los cuales producen carne de mayor calidad nutricional
que repercute positivamente en la salud de las personas que la consumen.